Con una prueba de metales pesados puedes verficar el alojamiento de estos en tu cuerpo a través de los años.
Los metales pueden entrar a nuestro sistema por varias maneras: al respirar, comer o absorberse por la piel. Algunas fuentes que pueden contener metales son los cigarrillos, pescados y mariscos, agua de pozos o que pasa por tuberías viejas y rellenos dentales.
Si entra demasiado metal en el cuerpo podemos tener una intoxicación que puede aumentar significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades como demencia, infertilidad, diabetes o hasta cáncer. Una intoxicación con metales puede también causar daño en el hígado, riñones, el cerebro, así como en el sistema cardiovascular, nervioso y endocrino.
Algunos metales que se incluyen son: mercurio, cadmio, cobre, arsénico, zinc, plomo y magnesio.
Consulta con tu médico si sospechas tienes una deficiencia o intoxicación y hazte la prueba en cualquiera de nuestras facilidades.
Última toma de muestra una hora antes del cierre del laboratorio.
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